Descripción
Inmersiones
Entre las inmersiones más interesantes que podrás hacer en el centro de buceo 7 Mares, en Las Palmas de Gran Canaria, puedes encontrar:
Sardina
En el barrio galdense de Sardina se halla uno de los puntos de buceo más frecuentados por los submarinistas. Se trata de una gran bahía al refugio de los embates del océano y la fuerza del viento, ideal para los que deseen iniciarse en el submarinismo, amantes de la fotografía submarina e inmersiones nocturnas.
Caballitos de mar, medregales, angelotes, chuchos, mantelinas, burritos listados, roncadores, jureles, herreras, anguilas jardineras, anémonas gigantes y un largo etc., son los habitantes casi cotidianos de los fondos de Sardina. Rebuscar entre sus diferentes veriles especies como el pez esponja se convierte en un divertido juego. Las bicudas, bogas y roncadores ofrecen un entretenimiento digno de ver.
Caleta Baja
En la playa de Caleta de Abajo, en el noroeste de la isla y muy cerca de Sardina, se encuentra una de las inmersiones más espectaculares de Gran Canaria, la conocida como “Caleta Baja”. Una inmersión fácil de realizar, aunque requiere de cierta habilidad a la hora de entrar y salir del agua.
La gran diversidad de vida subacuática que posee, sorprende tanto por la variedad como por la cantidad. Dependiendo de la época del año y estado de la mar, podremos disfrutar de una inmersión llena de sensaciones, como danzar junto a las sobrecogedoras mantas diablo o ser sorprendidos por el inquieto banco de jureles. La gran cueva con su banco de roncadores y el cercano rajón, entre otros, son dos puntos obligatorios de visitar. Todo esto, entre cadenas de sinuosos barrancos que mueren en el gran arenal, donde la blanca arena, siempre batida por la fuerza del océano, encubre a los tranquilos angelotes y mantelinas.
Baja Fernando
Éste es, sin duda, un lugar asombroso y atractivo por los espacios y las formas espectaculares que presenta la roca: un laberinto tallado en piedra que nos animará a imaginar una ciudad sumergida.
Estas mismas rocas que forman cuevas y grietas se hallan salpicadas de numerosas esponjas que visten de color el paisaje. Escondidas en las oquedades, podemos encontrar a las llamativas vaquitas suizas y a todo tipo de pequeñas especies, así como a algún chucho de grandes dimensiones. El fondo de roca y arena atrae a peces como samas y bocinegros; levantando la vista, entre los grandes bancos de pequeños peces pelágicos, los medregales y bicudas pasan velozmente en busca de alguna presa fácil.
El mayor atractivo de esta inmersión es, sin duda, su paisaje, lleno de cuevas, pasillos, cornisas y formas que recuerdan más a los restos de un barco hundido o a unas ruinas que a un fondo rocoso. Este paisaje petrificado maravilla y desorienta a todo aquél que bucea por primera vez en este lugar. La Baja Fernando es un auténtico laberinto, con muros y pasillos de roca que han sido esculpidos por un mar caprichoso.
Playa Chica
Inmersión ideal para los que queramos iniciarnos en el descubrimiento del mundo submarino. Se puede disfrutar sin necesidad de equipos sofisticados, con unas simples gafas y un tubo. Además, la seguridad añadida que ofrece una playa protegida por una barra natural y llena de servicios y comodidades, nos invita a aprovechar esta nueva oportunidad.
La laguna interior que se forma entre La Barra y la Playa de Las Canteras rebosa vida. Muchos animales encuentran en esta bahía un lugar seguro para vivir, entre ellos, algunos tan curiosos como las carmelitas o las espectaculares anémonas nocturnas, que cubren el fondo arenoso durante la noche. La riqueza de organismos de este lugar, unida a las facilidades y comodidades propias de la playa, convierten a Las Canteras en uno de los lugares idóneos para experimentar las sensaciones de los paseos submarinos.
El entorno de la Playa de Las Canteras es siempre un marco incomparable por su atractivo natural y urbano. Bajo el agua, los bosques de algas y los sebadales llenan de color los fondos y dan cobijo a multitud de peces y curiosos animales. Las pequeñas cuevas y grietas que podemos hallar, son fruto conjunto de la acción del mar y del ser humano, puesto que las rocas de la playa fueron aprovechadas en el pasado para obtener bloques de piedra, de ahí, precisamente, su nombre: Las Canteras.
Playa Grande
Esta es la zona de Las Canteras más resguardada y protegida del oleaje. Tales condiciones nos brindan la oportunidad ideal para disfrutar de infinidad de actividades acuáticas agradables y entretenidas de forma cómoda y segura. Es éste el espacio ideal para compaginar una inmersión con un relajado día de playa en familia. En esta bahía de apenas 2 m de profundidad durante la marea baja, cualquiera puede experimentar nuevas sensaciones bajo el agua con el equipo mínimo de buceo: las gafas y el tubo. Esta inmersión resulta ideal para las primeras zambullidas. La zona exterior de La Barra ofrece, además, una opción añadida para las personas más atrevidas.
A diferencia de lo que ocurre en el resto de fondos rocosos de Canarias, en el interior de la bahía de Las Canteras apenas existen erizos, por lo que las algas crecen exuberantes, formando auténticos bosques sumergidos. La playa protege estos bosques de las inclemencias del mar, y estos, a su vez, dan cobijo a la vida que luego se reparte por toda la bahía. Además, podemos encontrar pequeños sebadales: praderas de una planta marina de vital importancia en Canarias. Ésta es, precisamente, una de las únicas zonas de Canarias donde podemos apreciar tan de cerca un sebadal sin necesidad de usar sofisticados equipos de buceo.
Se trata de un área muy variada y rica. En ella, podemos nadar sobre enormes bancos de arena, grandes rocas que salpican los arenales y que concentran la vida a su alrededor, bosques en miniatura y una barra rocosa sumergida escondida a los ojos del resto de usuarios de la playa. La diversidad de paisajes que ofrece este lugar nos permite descubrir la gran variedad que existe de entre las formas de vida de los diferentes ambientes submarinos de Canarias, cómodamente, sin necesidad de separarnos de la superficie.
Roque Matavinos
Entre El Confital y La Puntilla sobresale del mar el Roque Matavinos. Se trata de un imponente bloque de piedra volcánica, rodeado de grandes rocas que, también, afloran a la superficie. La inmersión en este lugar se puede abordar tanto desde embarcación como desde tierra, con equipo autónomo de buceo o con gafas y tubo.
Pejeverdes, fulas y viejas dan dinamismo a este fondo accidentado. Un vistazo a las cuevas y túneles nos permitirá descubrir la extraña y colorida fauna de la penumbra.
Si algo caracteriza a esta inmersión, son sus paisajes abruptos y complejos. Grandes paredes, cuevas, túneles y pasillos forman un intrincado entorno donde jugar con nuestra flotabilidad y disfrutar de la increíble posibilidad que nos ofrece el buceo de explorar el fondo marino en toda su dimensión espacial, separados del suelo como pájaros.
La Catedral
Es, probablemente, una de las inmersiones más espectaculares de los fondos canarios por sus insólitas formaciones rocosas y por su belleza paisajística. Situada a escasos 20 minutos de navegación desde el muelle deportivo de la ciudad, se presenta como un macizo rocoso que cae desde los 6 m hasta los más de 40 m de profundidad. Está compuesta por multitud de formas, más propias de una catedral que de un fondo submarino: sus tragaluces, sus túneles, su gigantesco arco o su enorme bóveda de cuatro entradas, justifican el nombre por el que se conoce a este conjunto. Su complejidad es tal, que necesitaremos varias visitas para recorrerla en su totalidad; además, es una inmersión que no nos cansaremos de repetir.
Todo tipo de organismos de vistosos colores cubren, a modo de tapiz, los techos y paredes de sus cuevas. Además, los juegos de luces y sombras así como la grandiosidad de las estructuras, hacen de ésta una experiencia mágica.
Koss Island
Este lugar nos permite combinar las modalidades de inmersión en pecios y en cuevas con un fondo rocoso característico de las islas. Los restos de este barco destrozado por el fuerte oleaje que bate la zona, nos hacen conscientes del poder del mar nada más acercarnos a él.
Completamente volteado, retorcido y partido en tres grandes trozos, este pecio yace rendido y rodeado de multitud de pequeños restos que cubren el fondo. Su enorme hélice se alza en la popa en un último intento por enfrentarse a la fuerza del mar. El perfil del casco se asemeja más al de un submarino que al de un barco hundido. Esculpida sobre la pared de roca, que probablemente recibió el primer choque del barco cuando aún navegaba el 14 de julio de 1986, encontramos una cueva de aspecto fúnebre, medio escondida entre los restos de metal. Aunque el principal atractivo de esta inmersión es la combinación de hierro y roca, destaca el hecho de que este punto se encuentra situado, además, en una zona de grandes pelágicos, por lo que puede ocurrir que se vea pasar a algún medregal, bicuda o peto, destacando entre las omnipresentes fulas y los inquietos pejeverdes.
Arona
El «Arona» fue un gran mercante español que habitualmente navegaba entre las Islas Canarias, transportando todo tipo de mercancías. Hoy, yace escorado sobre su costado de estribor a una profundidad de 35 m sobre el fondo arenoso. En 1972, se produjo un incendio en la sala de máquinas y, tras la evacuación de toda la tripulación, se intentó remolcar hasta el puerto. Cuando sólo quedaban 2 millas para llegar al destino, se hundió. Este gran carguero de 100 m de eslora y de 15 m de manga se encuentra azotado por las tormentas, que han barrido su puente y han abierto entradas en la parte superior de su casco. Anclado en mitad de la arena, se ha convertido en refugio de una gran diversidad de vida marina, albergando grandes bancos de bogas, fulas blancas e, incluso, roncadores.
En sus bodegas, al refugio de la luz, podemos encontrar cantidad de pequeños coralitos y anémonas. La cubierta y sus grandes torretas son puntos obligatorios de visita, ya que presentan una amplia gama de colores que las adornan. El hecho de estar posado en una zona de frecuentes corrientes, ha favorecido la formación de gorgonias y de esponjas que dan color al metal.
El Cabrón
En la abrupta zona costera del municipio de Agüimes, junto a la Playa de El Cabrón, se encuentra uno de los mejores puntos de inmersión de la Isla. Dicho lugar se sitúa en una zona de tal riqueza que ha sido nominada para constituir la futura Reserva Marina de Arinaga. Es una inmersión muy atractiva para los amantes del mundo submarino.
Sobre los 12 m de profundidad, la plataforma rocosa presenta una caída de 23 m que constituye el veril de El Cabrón, donde se encuentra la mayor concentración de diferentes especies.
En su base abundan las cuevas y grietas que dan refugio a los verrugatos, algunos ejemplares de brota y catalufas. Por delante del veril domina una zona arenosa en la que se asientan los salmonetes, las herreras y la popular zona de roncadores de El Cabrón, formada por un enorme cardumen de peces.
A lo largo de todo el veril es frecuente observar ejemplares de abades y meros. Las numerosas grietas son, además, el refugio ideal para las morenas. Pero, sin duda, uno de los mayores espectáculos se encuentra a media agua, donde se pueden ver nadando, con su peculiar elegancia, grupos de bicudas y medregales.
Pasito Blanco
Situada a unos 5 min del puerto deportivo de Pasito Blanco, al sur de la isla, la Baja se nos presenta como una plataforma de morfología rectangular, con algo más de 60 m de largo y unos 16 m de ancho. Alrededor de la lengua de origen basáltico se encuentra el arenal, donde es frecuente encontrar los clásicos angelotes y diversos chuchos y rayas.
Dispuesta en estratos, la Baja pierde altura gradualmente de sur a norte, partiendo de una profundidad de 17 m en su parte más alta.
Arrecife artificial Arguineguín
Situada a unos 5 min del puerto deportivo de Pasito Blanco, al sur de la isla, la Baja se nos presenta como una plataforma de morfología rectangular, con algo más de 60 m de largo y unos 16 m de ancho. Alrededor de la lengua de origen basáltico se encuentra el arenal, donde es frecuente encontrar los clásicos angelotes y diversos chuchos y rayas.
Dispuesta en estratos, la Baja pierde altura gradualmente de sur a norte, partiendo de una profundidad de 17 m en su parte más alta.
Cermona II
Partiendo desde el Singular puerto de Mogán, conocido popularmente como la “pequeña Venecia”, rumbo sur-oeste y a 5 min de navegación, encontramos el “Cermona II”. Se trata de un barco de 32 m de eslora y casco de acero, hundido en mayo de 2002 y cuya actividad principal era la pesca.
Este pesquero, hoy convertido en un completo y atractivo pecio, reposa escorado a estribor, a unos 20 m de profundidad, sobre un fondo mixto de arena y pequeñas piedras.
Su principal atractivo es la posibilidad de explorar cómodamente su puente de mando, así como las bodegas. Echar un vistazo a la sala de máquinas siempre será una curiosa experiencia, así como rondar por su estrecha cocina, eso sí, tomando siempre las debidas precauciones.